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Derechos de Autor: Tu Aliado Invisible en la Era Digital

October 04, 20254 min read

Derechos de Autor: Tu Aliado Invisible en la Era Digital

La protección de las obras creativas es más que un trámite legal: es una herramienta esencial para quienes viven, crean y emprenden en el mundo moderno.

En un mundo hiperconectado, donde una fotografía puede cruzar océanos en segundos y una idea puede viralizarse en cuestión de minutos, el conocimiento sobre los derechos de autor ya no es opcional: es fundamental. Mantenerse al día en un entorno digital que cambia constantemente implica, entre muchas cosas, entender cómo proteger aquello que creamos con tanto esfuerzo.

Durante una edición especial del programa Un Nuevo Yo, Elisa Orosco conversó con Yanina, representante de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas, quien compartió información valiosa sobre este tema que afecta a artistas, emprendedores, escritores, músicos y creadores de contenido por igual. “Como creadores, tenemos que tener conciencia de registrar nuestras obras”, afirmó con claridad. Y es que en la actualidad, la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías representan un desafío enorme: facilitan la creación, pero también incrementan los riesgos de plagio, copia o uso indebido de las obras.

Yanina explicó que en México existen 15 sociedades de gestión colectiva, cada una especializada en diferentes áreas creativas: desde autores plásticos hasta compositores, escritores o músicos. Su función principal es proteger y salvaguardar los derechos de quienes crean, asegurando que puedan reclamar, monitorear y recibir beneficios económicos derivados del uso de sus obras. Esta labor es vital en un mundo donde una simple fotografía tomada con un celular puede ser utilizada sin permiso y replicada en segundos.

La clave está en registrar las obras. Este acto, que puede parecer sencillo, tiene un impacto profundo. “Como autor, nunca pierdes tu sello”, señala Yanina. Ese sello es tu identidad creativa, tu carta de propiedad intelectual ante cualquier uso indebido. Si alguien utiliza tu obra sin autorización, contar con un registro te da el respaldo legal para reclamar y defender lo que es tuyo. Además, en un entorno digital tan cambiante, el registro se convierte en una herramienta que te permite monitorear el uso de tus obras no solo a nivel nacional, sino también internacional, gracias a los acuerdos que estas sociedades tienen con más de 40 países.

Otro punto clave es que no necesitas pertenecer a una sociedad de gestión colectiva para registrar tus obras. Cualquier persona puede acudir al Instituto Nacional del Derecho de Autor y realizar el trámite de manera individual. Sin embargo, Yanina destaca que hay ciertos derechos que solo pueden gestionarse a través de estas sociedades debido a su alcance y presencia global. Esto puede representar una gran diferencia para quienes buscan no solo proteger, sino también monetizar sus creaciones.

El impacto económico de los derechos de autor es enorme y, en muchos casos, desconocido. Cada reproducción, cada exposición, cada uso comercial de una obra puede generar ingresos para su autor. Pero esto solo es posible si la obra está debidamente registrada y protegida. Por ello, mantenerse informado sobre cómo funciona este sistema es clave para que los creadores puedan vivir de lo que hacen.

México, un país profundamente creativo y artístico, se enfrenta al reto de hacer que sus creadores comprendan la importancia de la protección legal. Muchos artistas no registran sus obras por desconocimiento, miedo a trámites complicados o simplemente porque no saben que tienen derecho a hacerlo. La realidad es que el proceso es accesible, y existen profesionales y organizaciones dispuestas a acompañar a los autores en cada paso.

En la era de la inteligencia artificial, donde la línea entre lo original y lo replicado puede ser difusa, los derechos de autor son más necesarios que nunca. Permiten a los creadores no solo proteger su trabajo, sino también participar activamente en la economía creativa global. Y más aún, brindan la seguridad de que su obra —su legado— estará siempre asociada a su nombre.

Mantenerse al día significa entender que cada cuadro, cada canción, cada texto o cada pieza digital tiene un valor legal y económico que debe protegerse. Registrar una obra no es un acto burocrático: es un paso esencial para asegurar que el esfuerzo, el tiempo y la pasión invertidos en crear tengan un futuro.

En definitiva, en un mundo donde el contenido es el rey y la creatividad es el nuevo capital, los derechos de autor son la armadura que protege ese reino. Quienes se informan, registran y actúan con estrategia no solo defienden su trabajo: abren la puerta a nuevas oportunidades, ingresos y colaboraciones. La creatividad sin protección puede volar… pero con protección, puede conquistar el mundo.

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